Una Historia de Pescadores.
Lejos, muy lejos del autocar me había marchado, con la siempre inoportuna consigna del “que más lejos se larga, mejores e inexplorados sitios de pesca encuentra” (para luego encontrarte al regreso que fulanito que se ha quedado "bajol-puente” y sin moverse del sitio, ha sacado el lucio de su vida).
“Pa-que-veas”. Lejos …. Muy lejos, me fui, como siempre....
Pero bueno, lo importante era disfrutar de la mañana a mi manera, es decir, andando y lanzando, andando y cambiando señuelos, andando y llenando de rapalas todas y cada una de las ramas y pedrolos de todas y cada una de las reculas de aquel Orellana que tanto me gustaba.
¡Qué emocionante …. De Lucios de nuevo!
Alberto y Pepe se habían quedado bastante atrás “dialogando” sobre el efecto de tal y cual señuelo, sobre su efectividad manifiesta y sobre no se cual apasionante tema alrededor de las tablas solunares y su estímulo psico-trópico sobre los lucios medianamente adultos …. (los efectos del “licor-de-encías” estaban causando estragos, puedo jurarlo) y Ovidio andaba por allá, más atrás aún, mascullando en arameo o alguna extraña lengua extraterrestre, algo referente a “no-se-qué gilipuertas, que le iban a matar a andar, para luego no pescar na-de-ná, como siempre” …..
Anda que te anda, a mi bolita, había doblado yo, por lo menos siete u ocho puntas del embalse, pero ninguna de las reculas me había gustado, (que estaba yo, de lo más exigente, oiga) así que seguí caminando y lanzando, como al principio de la peli. De vez en cuando, me paraba, echaba un vistacillo al paisaje extremeño y ya de paso me encendía un malborito y le echaba un tientecillo pequeño, claro, a la petaca del licor de hierbas. ¡Qué bonita que era la pesca,! …¡De verdad, que sí, que siiiii, que molaba-un-maaaaazo !
Claro ... visto lo visto y siempre impulsado por aquella extraña energía de las “yerbas galegas” había ido yo a parar, anda que te anda te digo, al mismísismo Freir Puñetas, un sitio verdaderamente alucinante. Jooooderrrr, me había costado, pero lo había vuelto a hacer, joerrrr-coñiiiio: ¡qué sitio, aquí seguro que pillaba un par de lucios! ( lo malo sería después, la vuelta… cargado con los peces… ya se sabe…. las avispas … el peso de los lucios ...el cansancio … no sé yo ...) así que lancé un paralelo a la orilla … largo, sesgado, a ras de agua ….. ¡Perfecto!, ¡entre las rocas y el árbol sumergido! …..
(Y claro …. perdí la cucharilla.)
Está bien, está bien, dije que no me iba a mosquear pasara lo que pasara, porque total ¿para qué son los señuelos? - ¡para intentarlo! - ¿Y si no lo intentas? - ¡pues que no pescas!. Vale… se ha roto el hilo. Pues bajo la mochila y saco …..¡un pikie!, ¡ahora voy a poner un pikie, pero sin plomo, que seguro que están los lucios por arriba!.
Claro …. Al ir a sacar la caja de aparejos ...te tienes que tropezar con la petaquilla de orujo, así que …. Bueeeeno … un tienteciiiillo. Montamos el pikie, damos un par de pasitos para rodear esa piedra y … a lanzar.
Parecía que le habían tocado un par de veces (al pikie, hombre … a qué va a ser), me había parecido que le habían dado un viaje, bueno, dos, pero también pudo ser una roca del fondo, porque alrededor de los árboles sumergidos suele haber alguna roca en el fondo. Volví a lanzar, esta vez un poco más allá y ….
(Sí ….me quedé sin pikie. Otra vez el árbol.)
Bendito cigarrito!: unas caladitas para pararse a pensar en “qué estoy haciendo mal para perder tanto señuelo”. Podría ser el hilo que estuviera pasado, podría ser el aire, digo el viento, que soplaba de espaldas, podría ser ….¡yo que sé!, así que abrí la mochila, saqué la cajita de aparejos, le eché un traguillo a la petaquilla de orujo y me puse más contento que el copón. ¡Di que sí, campeón, que además ha salido el sol, ya verás como ahora trincas un luciete más majo que el copón!.
Le puse un vinilo, de esos de fantasía que están de oferta en el decatlón ese. Acabé el cigarrito y me fui para el fondo de la recula con mi vinilo del mismísimo Extremadura. El sitio era perfecto. El agua calmada, algo de profundidad, la roca sobre el fondo y ….
Sí, claro que sí, listillo: había un árbol sumergido en el fondo de la recula, ¡pero qué listo de los cohone que eres!. ¡Pues claro que había un árbol! … ¡Y sumergido! … En el guión pone “árbol” y “sumergido” y va a ser “árbol y sumergido” ¿valeeee?
Pues llegué con mi supervinilo de fantasía del decatlón ese hasta el fondo de la recula y donde la roca sumergida lancé un ….”guáaaaasssshhh, ¡qué lance! … casi perfecto”, el sedal había trazado una parábola magistral impulsado por el contrapeso proporcionado por el vector axial de carga del plomo delantero del vinilo y …..
.... ( Al Arbol.)
Bueno, me quedaban dos cigarros, así que me encendí el penúltimo (ya habría tiempo de dar la vuelta y buscar a los Avelinos), penúltimo cigarro digo y saqué de nuevo, la caja de los rapalas, cada vez más vacía, por cierto.
Estaba helado, el licor, pero ¡jóder, cómo quemaba cuando bajaba por el gaznate. ¿Y el calorcillo que te daba allí abajo, ahí ahí, por las tripillas ¿eh? Y ¿el calorcillo, que me dices del calorcillo?
Una lana roja. ¡Pues vale! Pues una lana roja, ¡si lo dice el guión …! Monté mi lana roja, no sin antes verificar el perfecto estado de los últimos metros del sedal (no fuera a ser que estuviera picado y se rompiera en algún enganchón) y volví a lanzar de nuevo, y de nuevo al mismo sitio, que yo soy muy cabezón y cuando se me mete una cosa en la cabeza no paro hasta que lo hago.
Si ya me lo decía mi madre a mí, que era muy cabezón y que claro, si hay que traspasar la pared con los cuernos … pues se traspasa. Así que aquella lana roja fue a colgarse en las ramas junto al vinilo de fantasía ese. ¡Dióssss, que cruz!: (pooooo-zí ..El Arbol de nuevo)
Vale. Pues son las doce del mediodía y empieza ya a hacer calorcillo, porque el sol esteeee, parece que nooooo, pero no veas como calienta, el mú-jodíiiio. Que sí, que sí, que estaremos en pleno més de Enero, pero que yo tengo calor y que me voy a quitar el jersey de lana azul éste, aunque lo tenga que meter en la mochila.
Porque claro, ya que abro la mochila para meter el jersey de lana azul éste y como tengo que sacar un señuelo para montarlo en la caña, pues queeeee ..¡me voy a tomar otro chupito, jaaaa, ja, jaaaa! … ¡pero qué cosa más tonta oye, pero que risa que me ha entrado en un momento!, ¡que me voy a fumar el último cigarrito, aunque me tenga que fumar luego los rapala!... ¡jaaa, ja, jaaaa, los rapalas, digo …. Si noooo me quedan, jaaaa, jaaa, ja!, ¡pero que pedillo que me estoy pillando yo solo, madre mía, qué tontería más grande!. Pues voy a montar en el sedal un cigarro y me voy a fumar un rapala … Jaaaaa, jaaaa, jaaaa.
Ahhhhhh, que caladitas más guapas, hmmmmm. Despacito y no te caigas, que está la cosa muy mal, digo yo que por qué no harán los pantanos con aceras y alicatados hasta el techo, que con tanta piedra por ahí tirada, que lo mismo vas y te caes y se te cae la caja-rapalas al agua. Juaaaa, juaaa,juaaaa, que me meo, joerrrr. ¡Qué desorden, con tanta piedra por ahí tirada!.... Bueno, bueno, un poquillo de seriedad, por diossssss, que estamos pescando. ¡Vamos a por los lucios … al ataqueeeee!
(Suena un móvil: “sería Tele-rapalas, pensé, pero se cortó la llamada, antes de poder hacer mi pedido de artificiales)
(Vuelve a sonar el móvil) -”Dimeeeeee, que pasaaaaaa?” “¿Avelinooooo, queeeé ... nada, que nooooo, que no he pescado nada? … ¿Rarooooo, yoooo ...que vaaaaaa, que no tío, que nooooo ¿Qué venís pa-caaaaa? Bueno, pos-aquí sus-espero. ¡traer tabaco y rapalas! …¡sí rapalas, que síiiii que has oido bien: Tabaco y rapalas! …. Vale … adióooooos.
Ahí. Ahí estaba aquel puto árbol seco, dentro del pantano (y perdonarme por la expresión) ahí estaba con mis rapalas, mis cucharillas y mis vinilos colgando de sus ramas, que parecía un árbol de las navidades pasadas. ¡Y seguro que tenía un pedazo de lucio apostado en la piedra del fondo que suele haber siempre al lado del árbol de ramas sumergidas del fondo de la recula! ahhhh (me quedo sin aaaireeee).
Monté mi último rapala (recordé de nuevo la llamada: “traer tabaco y rapalas, sí rapalas, has oído bien ...) y lancé, pegadito al árbol, a las ramas sumergidas …….